Después de la verdad



¿Qué es más difícil?
Vivir engañado toda tu vida o saber la paciente y fría verdad…
Trato de poner en una balanza las buenas acciones y bonitas palabras enfrentándolas en una batalla sin tregua contra la dura y maldita verdad que me pone los ojos brillantes como queriendo llorar…
Trato de analizar la situación, pensando en cuál sería el mejor movimiento a seguir… pero en ese instante no existe respuesta que me convenza, todas se sienten algo imperfectas. El resultado de mis imaginarios movimientos y respuestas es el mismo. No estaré con ella, no podremos solucionar este problema hoy, aunque parece la misma, la veo diferente.
Una ensalada de emociones bailan pacientes con mis sentimientos al unísono de mis latidos.
No quiero juzgarla, no puedo hacerlo… Pero después de lo que dijo nada es igual, la imagen que tenía en mi mente, en mi corazón es diferente, se ve algo distorsionada… Como un espejismo, como una realidad que nunca fue…
Quizá esperaba más de ella, o esperaba no quererla como lo hago, hasta minutos antes de saber la verdad la veía como una estrella. Destellos de luz que, con el tiempo, se convertían en destellos de amor que me gustaba sentir.
Dicen que el amor lo puede todo…
El que dijo eso, no lo han puesto en situaciones extremas en las cuales pones en duda todas tus teorías sobre el amor y con justicia, con la verdad, te despojan de tus más efectivas armas para dejarte indefenso.
No debería ser tan duro con ella, por que al igual que ella, yo también cometí errores en el pasado pero aprendí a salir adelante y poner prioridades en mi vida. Ella no tiene nada que perder, en cambio, yo… Me encuentro en una situación difícil, en una etapa de “reconstrucción” de mi vida personal y emocional.
Entonces, ¿Cual es la mejor decisión?
¿Alejarme? o seguir con esta” verdad” que tiene sabor amargo.

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