Yo quería

Yo quería lo mejor para ti, creo que tu también querías lo mismo. Al parecer coincidimos en algo, aunque ambos fallamos en el intento nadie se arrepiente. Acumulamos faltas y recibimos una justa amonestación nadie esta listo para lo mejor cuando aun no haz probado lo peor o lo regular. Primer error.

Yo quería aprender a volar, creo que tu también querías lo mismo. Al parecer nos olvidamos de las alas en el ropero a la hora de nuestro salto al vacío. Intentamos agitar las manos y no fue suficiente, esta claro que nuestros cuerpos no fueron diseñados para el aire. Segundo error.

Yo quería adivinar lo que pensabas, creo que tu también querías lo mismo. Al parecer en mi suerte de adivino, me equivoque en las respuestas y solo regalé preguntas. Nos mirábamos a los ojos y solo había vacío, te encaprichaste en las respuestas aun sabiendo que ya todo el interés estaba perdido. Tercer error.

Como todo juego, la tercera fue la vencida.

Catwoman leave

Su fascinacion por los felinos fue el detonante de nuestra convivencia, adoraba tanto a los gatos que se habían apoderado del departamento. Los ronroneos y vibraciones en la cama eran el karma que estaba pagando. El coro de maullidos por la mañana y el correteo nocturno destrozaba el silencio de la casa y tu no hacías mas que reír y aplaudir las curiosidades de tus "hijos"

Ya se van, ya se van, hija de gata ya se van. Ya me cansé. No los odio, simplemente no los quiero aquí, rasgando todo con sus garras, llenando de pelusa todo, escapando, comiendo, durmiendo.

Descanso y despierto, me siento al acecho. por aquí, por allá. Ven, michi michi michi ven.

Me pareció ver un lindo gatito.

New thinking

Se desvaneció sobre un montículo de pétalos, desgarrando su vestido al rozar con las espinas.

Despierta de este sueño, ya se acabó para nosotros. dije sin saber que ella aún escuchaba mi voz. Ya no vale la pena esperar, creo que alguien se acerca. Mientras sus rodillas sangraban colores, sus labios brillaban por la ausencia de sus besos, mis manos recogieron las lágrimas y las guardé para la cena.

Delicada maldad, sutil desgracia. Estamos jodidos, totalmente jodidos. Estaba tan lejos que ya nisiquiera el recuerdo la traía de vuelta, entonces olvidé por completo su nombre, sus creencias y viceversa. Nos vamos a desgraciar la vida si atamos nuestras manos, me dijo sin saber que ya no estaba escuchando su voz.

Sentí que ya no la quería cuando estaba solo con su presencia o ausencia.