Ese fue mi destino...


Mis ojos se sienten pesados...
vuelvo a encontrarme en aquel jardín a medianoche...

Sigo sentado en el jardin a lado tuyo, disfrutando del calido frío de una noche a finales de verano...

Nuestros dedos inquietos, entrelazados.
Tu piel, tan suave como siempre...
Y tus ojos sonriéndome de manera cómplice
de esa deliciosa carita misteriosa...

Un nudo en mi garganta, sin saber qué decirte ni cómo, y soy demasiado inocente o estúpido como para no atreverme a besarte... Es posible?

¿Todos los años pasados desde entonces... no han sido más que una ilusión...

¿Una alucinación?

Cuántas veces habré jugado con mi amor por la posibilidad de volver al punto donde empecé a vivir...
y ahora que te tengo delante...
¿Qué puedo hacer, que puedo cambiar?
¿Qué puedo decir que cambie el desenlace sin modificar el guión de la historia?

Observo cómo me miras... sonriente, sin saber muy bien qué decir, fascinada por el chico tímido que actúa de una manera tan peculiar...

¡Si tan sólo supieras lo que pasa por mi mente! Que no soy el chico que parece ser, sino el hombre que, desde el futuro, ha vuelto atrás para revivir esta situación, e intentar cambiar el rumbo de una catástrofe.

Pero nunca lo sabrás, porque, tras mucho pensarlo... decido no hacer nada.!
No cambiar el pasado. Me retiro... dejo que las cosas sigan su curso.

A fin de cuentas, cada hombre elige su propio destino. Yo elegí el mío. Y, ¿quién soy para cambiarlo?

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