La jauría

Me he dado cuenta que no sé nada de ella. Nunca reacciona de la manera que espero, es como si a diario fuere una persona diferente, llena de misterios y dudas. Es tan directa que me resulta casi imposible utilizar alguna barrera de evasión contra ella. No estoy seguro si es lo correcto haberla conocido y dejar que vea y sepa todo lo que sé. Puede ser peligroso… muy peligroso. Mis acciones pueden generar alguna reacción en sus movimientos y manera de actuar por que sabrá que estoy ahí, observándola. Tratare de ser más cauteloso la próxima vez.

Hoy es viernes, recibí la llamada de uno de los miembros de la jauría porque esta noche hay encuentro en la casa de uno de los “lobos”, lo cual significa harta chela, puchos y música. No faltara algún incauto que invite a sus “gatitas” al recinto y exponer todos nuestros secretos. Mientras la convocación nocturna se realizaba por medio del MSN y FACEBOOK. Todos mis sentidos estaban enfocados en los goles de Brasil y su justa victoria. Hasta que una almohada voladora bloqueo mi vista.

- ¡Oe! Suave con la tele.
- ¡Calla mongol!, dijo Luciano con su ya conocido tono matonesco.
- Jaja, a quien llamas mongol, oe Freddy ( por su parecido facial con el conocido personaje de terror en la película “Pesadilla en Elm street”)
- Jajajajajajaja ( risas de toda la jauría)
- ¿Cómo es mas tarde? Pregunto Dante.
- No sé, aún están en la convocación.
- Cualquier cosa me avisan, voy a estar en la casa de Mía (Su enamorada)
- Ok, te alertamos.
- Hablamos.

Como todos los viernes, las mini peleas no se dejan esperar, los malos entendidos y las bromas que se convierten en discusiones por la poca correa del otro son tan conocidas como las reconciliaciones después de la primera caja. Así es la jauría, llena de machos alfa que intentar poner sus reglas estén donde estén. Luciano, Dante, Abdul, Cris y yo, grupo inseparable por las innumerables amanecidas y borracheras juntos. Esta noche era de temer, era fin de mes y el que menos, tenía ganas de acabar mal.

Mientras se escuchaba música y el humo del cigarro impedía mi visión, me puse a imaginar en que es lo que ella podría estar haciendo, no tenia su número, y realmente sabia muy poco de ella para saberlo así que me puse a pensar en ¿Qué es lo que diré en nuestro próximo encuentro?, ya que a mi parecer los dos primeros fueron algo… Extraños. Sus hermosos e impactantes ojos me ponían nervioso, sus manos jugando con su cabello, las muecas de su boca jugando con sus labios, su manera tan alocada de vestirse, su Nextel roto, sus cuadernos, sus stickers, sus uñas pintadas de diferentes colores. Había tantos detalles que observar que no podía concentrarme solo en uno. Era increíble, una obra de arte. Una extraña y única obra de arte.

- ¿En quién piensas?, preguntó Luciano
- En una flaca que conocí.
- Y ¿esta buena?
- Buena, no sería la palabra, es “especial”.
- Oh… ¿Tiene tres tetas?
- No, pero tiene cerebro, del cual tú careces.
- Jaja, tranquilo, tranquilo. Parece que estoy agarrando carne por aquí. Estas templado ¿no?
- No, solo que me hace sentir muy bien.
- Entiendo brother.
- Y tú, ¿qué haces afuera?
- He salido a tomar un poco de aire, adentro el aire está un poco cargado, aparte que el chaufita que me comí me ha caído un poco mal.
- Jajaja, aléjate por favor.
- No brother, como crees, ahorita estoy tranquilo.
- Más te vale.
- Jajaja, bueno ya luego me cuentas más de esa flaquita, voy a seguir ahogando a la gente adentro. (Se fue dejando un hediondo olor que casi me ahoga).

1 comentarios:

Pilar dijo...

Siempre me ha sorprendido lo escasamenete profundas que parecen las relaciones entre chicos jóvenes, ¿acaso las conversaciones serias solo las tienen con chicas?

Por que no cuela que son todos intrascendentes ¿eh?

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