Era solo un sueño...


Pude ver a lo lejos a mi padre en el portón de la casa... iluminado por la tenue luz del sol que se escondía por la llegada de la noche.
Me acercada a paso firme al encuentro de mi viejo, solo atinaba a mirarlo fijamente, mientras con esfuerzo el trataba de levantarse de esa antigua mecedora con la cual yo jugaba años atrás...
Decidió abrazarme... pude sentir su respiración acelerada... me abrazaba fuerte, muy fuerte... recordé cuando niño jugábamos a la lucha, el, realizada el mínimo esfuerzo para no lastimarme y responder a esos infantiles golpes que le daba...
Ahora lo abrazaba con la misma fuerza y cariño demostrado por esa inesperaba muestra de afecto... titubeando me pregunto... por que había demorado tanto?
Hace mucho que no venia, había olvidado el camino a casa...
Le pregunte donde estaba mi mama... al ver dibujarse una sonrisa en su rostro, sabia cual era la respuesta...
Entre a casa, aun se sentía ese aroma de recuerdos al observar nuestras fotos en las paredes de los pasillos... ya no habían mas juguetes desordenados en el piso de la sala... el orden y limpieza admiraban la soledad que se había apoderado de cada uno de los rincones de la casa...
Mientras subía las escaleras, escuchaba una dulce melodía que salia de mi antiguo dormitorio, era música clásica, exquisitas combinaciones de piano y violín de algún artista clásico conocido...
En silencio me asome hacia la puerta, pude notar que el cuarto había cambiado desde mi partida, vivos colores adornados de hermosos cuadros iluminaban ese antiguo dormitorio oscuro, mi madre estaba sentada es su mesa de trabajo... Ordenaba fotos antiguas, pintaba pequeñas flores de colores mientras tarareaba esa canción que sonaba en la radio...
Me acerque, bese su cabecita, y un salto de asombro me dio a entender que la había asustado...

Tranquila mamita... soy yo... como estas?
Sus labios no podían articular frases concretas..., las lágrimas que se asomaban por sus bellos ojos y su linda sonrisa me decían que estaba alegre de volver a verme, y su carita acariciaba, limpiando las consentidas lágrimas que lograron salir...
En ese momento recordé las veces que la vi llorar en mis brazos... la había visto llorar de impotencia, de trizteza, de amargura por mi causa, ahora era diferente... ella lloraba de felicidad...
Nuestros labios inmóviles daban paso a las miradas conversadoras que decían y respondían...
En ese instante sonó el timbre de la casa... estarían esperando visita?

Desperté repentinamente... con lágrimas en los ojos, y una sonrisa de oreja a oreja...


Había sido solo un sueño...

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