Carta al enemigo

La historia, no la sé. Nunca tuve la oportunidad ni las ganas de saber que fue lo que pasó. Sabia de tu existencia a los pocos días de conocerla y aunque poco me importa quién eres tú, y crees ser capaz que con recuerdos y memorias volver a conquistarla, lo mejor es que desistas en tu intento, ella ya tiene a alguien que la hace soñar, que la hace olvidar.

No voy a negar que he sentido que algunas veces los recuerdos invaden su mente por medio de canciones o situaciones pasadas, no puedo negar que tú eres parte de su pasado, que mucho tiempo antes de conocerla, tuviste la oportunidad de cuidarla, de abrazarla y hasta besarla. No puedo reclamarte nada porque al final, fuiste tú el que perdió, el que dejó ir a una gran mujer que ahora solo es parte de tu pasado y ahora, en el presente, está a mi lado.

Qué esperas lograr con todo lo que haces. Hay algunos temas que me gustaría aclarar, existen algunas características que detesto de usted, la cobardía de tus comentarios traicioneros me dan a conocer que no eres una persona decente, digna de ser un caballero que arregla las cosas como tal. Espero que cada noche al dormir duerma con la tranquilidad de saber que está jugando sucio, que no está pensando en sus actos y de toda acción viene una reacción.

No lo tome como una amenaza, solo manténgase alejado.

2 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

El enemigo ya perdió la batalla, no merece el tiempo que le dedicas.

besos

Juanma dijo...

Coincido con Pilar!
Saludos.

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